De la anda estaba muy intolerante, y me preguntaba por qué y no encontraba respuesta. Me empezó a costar respirar y las manos de la nada temblaban muchísimo. Me asuste. Y el miedo era cada vez peor. Irracional, real, me estaba pasando justo en ese momento y no podía hacer nada. La respiración era cada vez más rápida, el aire no entraba, yo temblaba.
Necesitaba salir, necesitaba irme lejos pero no sabía dónde. Taquicardia. Nervios. Unas ganas inmanejables de llorar. Dolor de cabeza. Algo en el pecho que me apretaba muchísimo. Algo que me agarraba y no me dejaba salir. El lugar era cada vez más chico y yo estaba ahí, sentada, y el tiempo que parecía detenerse pero a la vez iba más rápido. No entendía nada.
Hormigas… sentía hormigas en todo el cuerpo que me caminaban y por mas que intentaba volver a la realidad, ya era tarde.
Cerraba los ojos y pedía por favor que pare y cada vez era peor. Angustia. Desesperación. Quería salir como sea de donde estaba. No podía respirar, no podía. Me ahogaba y no me podía detener a pensar por qué me estaba pasando eso.
Me pare, me fui al baño como pude. Entre, me senté y la respiración empeoraba. No podía hacer nada. De golpe llanto. Era imposible parar, tampoco sabía porque estaba así. Seguí sin entender. Entraron a buscarme y estaba sentada en el piso, toda mojada, roja como un tomate. Hervía. Sentía frio y a la vez sentía que todo mi cuerpo desprendía calor. No necesitaba a nadie, pero cuando me abrazo no pude más y las lágrimas estallaron. Las lágrimas de toda una vida salieron en ese momento.
Se llama ataque de pánico, así lo llamo el doctor que me reviso y el psiquiatra lo confirmo.
Por que además de pelotuda, de histérica, de rompe huevos y de solterona eterna, de esa que se caga en las patas para besar un par de sapos…. También soy la chica “Panic Attack”
Que me pario!
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