miércoles, 7 de septiembre de 2011

Mejor que un Príncipe azul

El príncipe azul nunca apareció, y entre nosotros, fue lo mejor que me pudo pasar.

Dicen que destiñe en el primer lavado y se arregla más el pelo que una.  Además… yo no soy taaan princesa que digamos.

Pero paso algo mucho mejor, apareció el… Por fin apareció El.

Tardo como 24 años y medio en llegar y aunque él no se dio cuenta en el momento en que nos conocimos, yo lo reconocí al toque.  Como no reconocerlo si yo lo invente!!

Vi  su sonrisa y lo supe. En ese momento supe que esa persona existía.  Sentí como el corazón quería salir de mi cuerpo, no podía estar quieta, las manos traspiraban y NI SABIA SU NOMBRE.  

Ahí  estaba yo, sentada frente a la computadora mirando como sonreía en esa foto y enamorándome de una persona completamente desconocida, sintiendo mariposas en la panza y no vale aclarar, que también la más boluda del mundo.  (Looser  J)

El destino estaba de mi lado como pasa en todas las películas que me gusta ver, y esta vez, se me tenía que dar y yo en el fondo lo sabía… aunque muchas veces era preferible alguna distracción equivocada para no animarme a jugármela por esas raras y locas vueltas que da la vida.
Así es gente… Además de naif, caprichosa y malcriada soy una pelotuda. Como me podía enamorar de un desconocido!!!

¿Y cómo termino siendo mi novio?

La historia no sé si es larga o corta, pero no la voy a contar ahora, además… es sumamente bizarra y romántica y se merece un post por aventura vivida con él.

Ahora ya no beso sapos ni salgo a buscar a mi príncipe azul. Ahora me pongo apodos con alguien de verdad, tenemos cenas súper románticas (inventadas por el vale aclarar) y hasta bailamos juntos.


Ahora me duermo con el celular en la mano después de enviarle el último mensaje y despierto con una sonrisa y leyendo su primer mensaje del día. Ahora no tengo miedo de gritarle te amo (si un poco de vergüenza pero se me está pasando con el tiempo).

Ahora camino horas y horas con alguien de la mano. Tenemos interminables charlas sobre todo y cuando nos miramos el tiempo se para y nos queda el puto mundo para los dos.

Ahora sueño despierta y tengo un compañero en cada una de las locuras que me pasan por la cabeza.

Ahora soy yo de zapatilla, despeinada y con tacos. Ahora canto y no me da vergüenza, y bailo frente al espejo y frente a todo el mundo. Ahora soy yo misma y me gusto, y soy con el cómo me sale, y le gusto, y él es el mismo conmigo, y lo amo.
Leer más...