Te Idealice

Me lo dijeron muchas veces y no quise escuchar… me lo dijeron muchas personas y para mi seguía siendo como yo quería que sea. Todo tenía que ser como yo quería que sea.  

Daba vueltas tus palabras, las hacía que suenen como yo quería, que tengan los significados que yo me imaginaba. Te invente en mi cabeza aunque vos si eras real. Te idealice este año y en años anteriores pero estabas en otros cuerpos. Siempre idealizando.

 Pero eras vos… seguías siendo vos… nunca llegaste a ser “el”.  Vos me querías de la forma que yo quería que me quieras, pero esa forma no era la real.

Te miraba, te idolatraba en secreto, te justificaba todo. Me negaba la realidad y creo que tuvo que pasar todo lo que paso para que un día me despierte, y me duela más la cabeza que el corazón. Fue un día donde me desperté y me dije a mi misma: yo no quiero esto….

Deberíamos dejar de idealizarnos por lo menos dos años… y de googlearnos también pero eso no viene al caso ahora.  Deberíamos dejar de querer que las cosas sean como las imaginamos y empezar a ver un poco más la realidad. Y mira quien lo dice! La que putea todo el tiempo porque no se anima a decir en voz alta “Que a veces le gustaría ser princesa”. Y me idealizaron a mí también...  Todos y cada uno de ellos. Me hicieron como querían que sea, me inventaron atributos que con el pasar de los días dejaron de existir. En realidad nunca existieron.

Hay veces que conocemos a alguien y pensamos que es todo lo que soñamos que sea… y lo miramos así, diferente al resto, con todas las cosas que siempre soñamos que tenga “esa” persona. Y no queremos que termine, y cuando termina no queremos avanzar por miedo a traicionar ese recuerdo… o peor, no queremos avanzar por miedo a que esa persona de verdad exista y tengas la oportunidad de ser feliz con alguien.

Yo conocí mucha gente, bese un par de sapos y rechace un par de príncipes. No sé si hice las cosas bien o las hice como el culo, creo que las hice como salieron en el momento. Tal vez lastime a un par de personas… pero nunca fue con esa intención. Otras veces me lastimaron a mí y tal vez dolió tanto que me puse un escudo para que nadie más lo haga.

 Dicen que lo bueno se hace esperar… y creo que esta vez lo voy a esperar siendo yo misma, con un poco de miedo para darle la adrenalina necesaria, pero no con tanto como para no animarme a intentar. Dejando de idealizar, no dejando que me idealice. No soy perfecta… y “el” tampoco lo es.