La Puritana y el Chico Servilleta

Hace un par de semanas atrás estaba con mi vieja sentada en un lindo bar del centro, como siempre, café y pucho en mano poniéndonos al día de absolutamente todo. En medio de risas y chusmerios de los kilos de más de fulana y los cuernos de sultana, hace un cambio de tema rotundo y me dice: No sabes como te mira el chico de la mesa de atrás!!! Hacete la boluda y anda a comprar puchos al frente y lo vas a ver. Yo… buena hija como siempre, acate orden de mi buena madre y tratando de pararme como una señorita de buena familia sin el mínino interés en su persona, y mucho mas importante, sin tragarme una silla en el camino, pase a la par del caballero en cuestión devolviéndole nada más que un sonrisa cómplice a su intensa mirada. Mierdaaaa, me pase con esa frase!

Mi retorno trato de ser igual de impecable, nuevamente sonreí, me senté y tratando de que mi cara no este del todo colorada hice un trago de café, que en este momento ya estaba helado. Igual no me importo, la sonrisa del morocho en ese momento era mas importante.

Madre, como una cómplice santificada se levanto y se fue al baño de damas y si… el morocho se levanto de su silla, se presento, uno que otro piropo seguramente gastado y nada original pero les recuerdo, la sonrisa en ese momento le permitía decir cualquier pelotudez, mi momento de petrificación ante semejante “macho argentino” permitia que no escuchara nada de nada.

Me paso su teléfono (anotado en un servilleta) y no solo su celular, sino también el teléfono de su oficina… si, por que además de que esta mas bueno que dormir la siesta con lluvia también tiene oficina… a la pucha!

Cuando mamá estaba llegando, saludo cordialmente y nuevamente se sentó con su amigo feo, a los 15 min paso por mi mesa, saludo muy educado y se retiro.

Ustedes en este momento pueden pensar dos cosas… mas o menos las mismas que pensé yo. creo

1. Me imagino que le mandaste un mensaje con tu nu¡úmero para que después de un par de mensajitos de histeriqueo te invite a tomar algo, donde se van a conocer mas, tener mil cosas en común, darse un primer beso increiblemente romántico y poder postear una entrada contando como la pelotuda conoció a su príncipe azul.
   
2. O…. también pueden pensar que es el típico chamullador, que seguramente anda por la calle con una caja llena de servilletitas con su número y los va repartiendo por todos los bares en los que se sienta. Que con un tipo asi no se puede confiar, que seguramente hace eso con todas… y si es un violador serial????
   

No sé qué paso… no se que me esta pasando. No se si cambie y puedo decir “en otra época yo….” Por que no lo se. En otra época tenia 17 años y a los chicos los conocías en el colegio, o era el primo de tu compañera de curso. A los chicos los conocías así…. Por que era el hermano de tu mejor amiga, no en un bar….

Sera que se me paso un época entera y no me di cuenta???? La ultima vez que me recuerdo soltera tenía 17 años. Pasaron 3 noviazgos en todos estos años y a los 3 los conocía de una forma u otra, eran viejos amigos, o nuevos amigos que pasaron a ser más que eso con el tiempo.

Ese día me sentí confundida, me sentí bien… creo que estaba bien por que sonreía muchísimo, pero a la vez, sentía que lo que estaba haciendo estaba mal. Me sentía sucia, me sentía cualquier cosa…. Como que “ me deje levantar en un bar”, y después me pregunto, pero si no te levanto nadie!!!! No paso nada mas que un simple saludo y una puta servilleta.

No quise hablar del tema espeando que de esa forma todos lo que sentia desapareciera. Seguiamos hablando de la novia nueva del tio, de como aumentan las cosas y si el gobierno hace bien o mal las cosas. Cualquier tema en ese momento era mejor que el chico servilleta.

Me sentia observada, sentia que todo el bar estaba pendiente si le mandaba un mensaje o no. Los imaginaba mirandome y podia hasta escuchar lo que pensaban, las cosas que decian... Mirala, se dejo chamullar por un tipo de otra mesa cuando la madre se fue al baño.... No!!! sentia las voces de todos.

Y que hice... pagamos, nos levantamos, agarre el celular y la servilleta quedo como envoltorio del chicle de sandia que me saque de la boca.

Obviamente al chico servilleta no lo volvi a ver, me senti culpable y estupida el resto del dia sin dejar de mencionar la preocupación de mi madre por mi "nueva personalidad" tanto asi que me recomendo ir al psicologo. Ella me trataba de explicar que no hice nada malo, y que los 17 años los pase hace mucho tiempo. Que tengo que madurar y .... cual era la otra frase??? ah si! dejarme conquistar.

Y todo culpa de esa puta servilleta!