sábado, 9 de abril de 2011

No te quiero

Y así me encontré… la imagen aunque no era del todo aterradora era anticipada, obvia y lo que todos en el fondo se esperaban.

Esa persona que supuestamente estaba sacando lo mejor de mí, terminó sacando lo peor, o lo de siempre. No me puedo enamorar. Ya lo dije, y con cada persona que conozco y con cada historia que cuento la hipótesis pasa a ser más una realidad.

Todos me preguntan por qué, que me pasa, nadie entiende, y yo menos, pero ya me estoy acostumbrado a la sensación.

Me sentí cual Cristina en “Vicky Cristina Barcelona”… No sé lo que quiero, no tengo idea que es lo que quiero, pero estoy muy segura de lo que No quiero. Y no quiero esto, no lo quiero a el, y todas las cosas que me parecían divertidas ahora me aburren, todo lo que me parecía lindo ahora me resulta desagradable. Todo lo que me pareció nuevo e interesante ahora es trillado, pelotudo y muy molesto.

Me encontré ahí, haciéndome la pelotuda para no darle la mano, me molestaba que me toque, que me abrace, que hable. Me resultaba intolerante. Cada palabra que salía de su boca era como un insulto para mí. Lo odie, y se lo hice notar. Porque algo que me caracteriza es mi poco tacto para decir las cosas, o para hacerlas entender. Cuando algo no me gusta, te vas a dar cuenta.

Y las horas pasaban y yo cada vez más pelotuda, inventando escusas ridículas para perderme en la multitud de la fiesta, donde aclarando, no me podían ver en medio de representaciones de comedia romántica.

El hacia todo lo posible para que yo esté bien, cómoda, feliz. El dejo de lado su tranquilidad esa noche por mi, y yo… yo lo quería bien lejos.

Y otra copa, las luces del boliche, y más copas y nada importaba. Yo tenía que pasarla bien y no era con el. Me sentí de 16 otra vez… Todo giraba y a mí no me importaba. Yo solo reía y reía y mis amigas, resignadas a mi comportamiento me dejaban ser. El… él seguía ahí, esperando ansioso que mi brazo roce el suyo, que en medio de mi delirio le diera un beso. Nada de eso paso. Volvimos en silencio, me acosté y rogué a dios que no se acueste a mi lado. Me hice la dormida, el se dio cuenta. Me desperté y el seguí al lado mío mirándome fijo, con cara de boludo, enamorado. Yo tenía que salir corriendo. De la nada no podía respirar, me costaba mucho y el… el quería ayudarme sin saber que lo único que tena que hacer era desaparecer. Me levante, respire, me prendí un pucho en soledad esperando que el mal momento termine. El camino a casa fue en silencio. No incomodo, fue más bien obvio. Creo que acá se termina otra de mis tantas historias de NO- Amor

6 comentarios:

  1. Bu que fea sensación...y bueno ahora salí y disfrutá la vida como a los 16...A veces está bueno volver a empezar...

    Un besito!

    ResponderEliminar
  2. Dani.
    No sé que pasa. Las historias de no amor son más.
    ¿Hasta cuándo? Mira que me cansé de vivir las mías.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. @Mili_en_apuros

    Mili en apuros... hay días donde no se ni la edad que tengo, trato de disfrutar todo pero cada tanto alguien aparece gritándote: NO TENES 16!!! y es cuando caes en la realidad. mientras tanto trato de no darle pelota al mundo

    ResponderEliminar
  4. @jugodemaracuya

    Juguito! amigo blogger y twittero!! como que te cansaste de vivir las tuyas??? mucho amor o no-amor???
    quiero detalles de todas y cada una, y si no las queres publicar en tu blog, me las contas y las mandamos por aca.

    Besote

    ResponderEliminar
  5. Hola. íntimo blog, profundas entradas,si te gusta la palabra infinita, la poesía,te invito al mio,será un placer,es,
    http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
    gracias, buen martes, besos múltiples...

    ResponderEliminar
  6. @don vito andolina


    Bienvenido Don Vito Andolina, ya me estoy pasando por tu blog y me estan gustando mucho las entradas.

    Beso

    ResponderEliminar